En la cumbre de Río de 1992 se acordó una propuesta llamada Agenda 21, con los retos que las ciudades deben asumir para alcanzar un desarrollo urbano respetuoso del planeta. Ese acuerdo se ha materializado en agendas locales, entre las cuales es muy ilustrativa la que se dio dos años después, la carta de Aalborg, suscrita por ochenta ciudades europeas en esa población danesa.
El objetivo que se trazaron es una buena forma de definir lo que hoy se llama desarrollo sostenible: "Conseguir la justicia social, unas economías sostenibles y un medio ambiente duradero".
Y es que esos tres conceptos van estrechamente ligados, la sostenibilidad tiene que ver con unas ciudades que pueden generar riqueza y que ésta sea para el disfrute tanto de los actuales habitantes como de las próximas generaciones.
Además, aunque se trata de un compromiso que tiene una concepción del planeta como un todo: "Nuestras pautas de división de trabaja y de las funciones, la ocupación del suelo, el transporte, la producción industrial, la agricultura, el consumo y las actividades de ocio y, por tanto, nuestro nivel de vida, nos hace especialmente responsables de muchos problemas ambientales".
Las ciudades del primer mundo son las que más han avanzado en asumir el tema como una tarea propia, pero ya las nuestras comienzan a incentivar las iniciativas que concilian los intereses de crecimiento económico con el cuidado de la naturaleza y la integración de las poblaciones más pobres. Las áreas en la cuales se concentra el compromiso son cuatro: uno, conservar el patrimonio natural constituido por reservas de agua, suelo, especies animales. Dos, reducir los niveles de explotación de recursos naturales como las energías no renovables. Tres, expandir las zonas naturales cultivadas para reducir la presión en los bosque naturales; y cuatro, aumentar la eficiencia energética de los edificios y del transporte urbano.
Una ciudad con muchos automóviles necesita más petróleo para proveerse. Una ciudad que desperdicia comida, desperdicia hectáreas cultivadas. Una ciudad con alumbrado público ineficiente gasta agua (o gas) que podría destinarse a otros fines.
Para algunos esto de la sostenibilidad suena a cuento, pero hay una forma de percatarse de que es real. La huella ecológica constituye un indicador de cuántos recursos naturales consume una población. Cada galón de gasolina que ponemos en el carro, cada luz que encendemos y cada ducha que nos damos representan un gasto de recursos.
Pero también los vegetales que comemos requieren unas áreas de cultivo (la ganadería también, para que los animales se alimenten), y la ropa que llevamos y los electrodomésticos que compramos importados deben ser trasladados gastando combustibles. La huella ecológica es la cantidad de cultivos, pastos, bosques y ecosistemas acuáticos que se necesitan para producir los recursos y asimilar los residuos de una población.
Un ciudadano de Estados Unidos necesita cerca de nueve hectáreas para llegar a su nivel de vida, mientras que un latinoamericano requiere algo menos de tres.
Esto significa que si todos lleváramos el estilo de vida americano necesitaríamos cinco planetas Tierra para sustentarnos. Pero aun si todos lo terrícolas tuvieran un consumo similar al de un habitante de estrato medio de una ciudad colombiana, el planeta no daría abasto para atendernos.
Esto significa que con cualquier pequeña acción de un consumo más responsable se reduce el espacio que se requiere para "mantenernos". Pequeñas acciones que pueden salvar el planeta.
DATOS Y CIFRAS
10 DATOS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE Y LA PREVENCION DE ENFERMEDADES:
Dato 1. Si el medio ambiente fuera más saludable, cada año se podrían evitar hasta 13 millones de defunciones.
Dato 2. Cada año se podria salvar la vida a cuatro millones de menores de cinco años, previniendo riesgos ambientales como el agua insalubre y la contaminación del aire.
Dato 3. En los paises en desarrollo, las principales enfermedades de origen medioambiental son las enfermedades diarreicas, las infecciones de las vias respiratorias inferiores, los traumatismos involuntarios y la malaria.
Dato 4. Un mejor saneamiento del medio permitiria evitar un 40% de las muertes por malaria, 41% de las muertes por infecciones de las vias respiratorias inferiores y 94% de las muertes por enfermedades diarreicas: las tres causas principales de mortalidad en la niñez en todo el mundo.
Dato 5. En los paises menos adelantados, un tercio de las muertes y las enfermedades se deben directamente a causas ambientales.
Dato 6. En los paises desarrollados un medio ambiente mas saludable permitiria reducir considerablemente la incidencia de canceres, enfermedades cardiovasculares, asma, infecciones de la vias respiratorias inferiores, lesiones por accidentes de transito, intoxicaciones y ahogamientos.Dato 7. Los factores ambientales influyen en 85 de las 102 categorias de enfermedades y traumatismos enumeradas en el Informe sobre la salud en el mundo.
Dato 8. Una gran parte de esas muertes, enfermedades y discapacidades podrian evitarse mediante intervenciones bien focalizadas como el fomento del almacenamiento seguro del agua domestica, una mayor higiene y la utilizacion de combustibles mas limpios y seguros.
Dato 9. Otras intervenciones que pueden contribuir a la salubridad del medio son las siguientes: aumentar la seguridad de los edificios; promover el uso y manejo seguro de sustancias toxicas en el hogar y lugar de trabajo; y gestionar mejor los recursos hidricos.
Dato 10. En los niños menores de 5 años, un tercio de las enfermedades son causadas por factores ambientales como la insalubridad del agua y la contaminación del aire.
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